martes, 23 de diciembre de 2008

Misa Criolla.

La Misa Criolla es una obra musical para solistas, coro y orquesta, de naturaleza religiosa y folklórica, creada por el músico argentino Ariel Ramirez. Los textos litúrgicos fueron traducidos y adaptados por los sacerdotes Antonio Osvaldo Catena, Alejandro Mayol y Jesús Gabriel Segade. Considerada una de las obras cumbres de la música argentina. La obra fue inspirada por -y está dedicada a- dos monjas alemanas, Elisabeth y Regina Brückner, quienes durante el nazismo ayudaron con alimentos a los prisioneros de un campo de concentración y quienes además mientras ayudaron incondicionalmente al autor de esta hermosa obra, cuando este se encontraba en sus andanzas por Europa.
La obra fue compuesta y grabada en
1964 y lanzada como álbum en 1965, con el destacado grupo folklórico salteño Los Fronterizos (Eduardo Madeo, Gerardo López, Julio César Isella y Juan Carlos Moreno) como solistas, Jaime Torres en charango, la Cantoría de la Basílica del Socorro, dirigida por el padre J. G. Segade y una orquesta integrada por instrumentos regionales, dirigida por el propio Ariel Ramírez.
Simultáneamente con la Misa Criolla, Ariel Ramirez compuso
Navidad Nuestra, con letra de Félix Luna, e incluida como Lado B del álbum de lanzamiento. Ambas obras están relacionadas y en algunas oportunidades puede producirse la confusión de considerar que Navidad Nuestra o algunos de sus temas, integran la Misa Criolla.
La Misa Criolla ha sido interpretada por destacados artistas de todo el mundo y se trata de la única obra musical argentina editada en los cinco continentes. La versión de mayor difusión mundial es la que realizara el tenor español
José Carreras en 1987, en el Santuario de la Bien Aparecida, de Cantabria, acompañado de Ariel Ramirez como director de la orquesta (Philips CD 420 955). Otras versiones de gran trascendencia han sido la que realizara Zamba Quipildor en Italia en 1974, con el coro Los Madrigalistas de Bucarest y la que realizara Mercedes Sosa en 2000, por la que recibió el Premio Grammy Latino. Otra versión importante es la que realizara la destacada cantante peruana Chabuca Granda en la Basílica de Guadalupe.
Estructura de la obra
El texto de la Misa Criolla es una adaptación realizada por los sacerdotes Antonio Osvaldo Catena, Alejandro Mayol y Jesús Gabriel Segade, del texto litúrgico en español de la
misa católica, tal como había sido aprobado en 1963, por la Comisión Episcopal para Sudamérica, presidida precisamente por el padre Antonio Osvaldo Catena, siguiendo los lineamientos del Concilio Vaticano II.
La obra adopta estrictamente la estructura de una
misa católica. En la liturgia católica, la misa solemne o cantada constituye un género musical tradicional, que consta de tres partes obligatorias, el "Kyrie" el "Sanctus" y el "Agnus Dei", e incluye además el "Gloria" y el "Credo". Eventualmente, en ciertos casos pueden incorporarse otros elementos.
La Misa Criolla está integrada por cinco movimientos, cada uno de ellos correspondientes a un momento litúrgico: Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus, Agnus Dei.
Kyrie
El
Kyrie está construido sobre dos ritmos ancesatrales andinos, la baguala y la vidala. Comienza como una vidala en la menor, en la que se suplica a Dios su compasion y piedad. Al igual que en la misa católica tradicional, en el estribillo sube a una escala en la mayor, adoptando un estilo de baguala.
Señor ten piedad de nosotros...
Kyrie (en griego "Oh Señor") es el nombre común de una importante oración de la
liturgia cristiana, también denominada Kyrie eleison («Señor, ten piedad»). Es uno de los cantos más antiguos del canto gregoriano. Forma parte del ordinario o común de la misa.
Gloria
El Gloria es un
carnavalito, ritmo característico de Jujuy, acompañado por un yaravi en la menor, en el que se alaba al Señor y se lo glorifica en todo su esplendor. Ramírez utiliza el yaravi para mostrar la humildad y el respeto por Dios y el carnavalito es para adorarlo.
Gloria a Dios en las alturasy en la tierra paz a los hombres...
El
Gloria o Gloria in excelsis, es un antiquísimo y venerable himno con que la Iglesia católica glorifica a Dios Padre y al Cordero y le presenta sus súplicas. El texto de este himno nunca puede cambiarse por otro. Lo entona el sacerdote o, según los casos, el cantor o el coro, y lo cantan o todos juntos o el pueblo alternando con los cantores, o sólo la schola.
Credo
El
Credo adopta la forma de una chacarera trunca, estilo popular Santiago del Estero, en la menor con subida a la mayor. Aquí se aprecia la creencia y la pertenecia a la Iglesia Catolica. Considerado como el momento culminante de la obra.[]
Padre todopoderoso creador de cielo y tierra... Su único hijo,nuestro señor
El Credo es una oración que integra la misa cristiana y que constituye un breve compendio de las creencias fundamentales que todo
cristiano. Apela a la fe, como elemento fundamental de su pertenencia religiosa.
Sanctus
El
Sanctus está realizado siguiendo el ritmo de un carnaval cochabambino en la mayor. Los fieles santifican el nombre de Dios y lo alaban de forma esplendorosa, reconociendo el poder del mismo en la tierra como en el cielo.
Santo, santo santo...Señor Dios del universo...
El Sanctus (en español "Santo") es una parte de la forma normal de la misa, en la que se repite tres veces "santo". Se trata de una aclamación
litúrgica con la que se cierra el Prefacio. Está tomado de las palabras con que los ángeles le hablan a Dios en Is 6, 3; la parte inicial se refiere también a Ap 4,8; y la segunda parte, el Benedictus, está tomado de Mt 21, 9.
Agnus Dei
El
Agnus Dei adopta el ritmo de un estilo pampeano (sureño) en la menor. Los fieles cantan al Cordero de Dios y le piden la paz.
Cordero de Dios que quitaslos pecados del mundo...
El Agnus Dei (en latín, "cordero de Dios"), es una antigua oración que se reza en la misa poco antes de la
Comunión, tras la oración Ad pacem, y forma parte del Rito de la Paz. Es una de las partes llamadas "invariables" de la misa.
Historia
La primera inspiración de Ariel Ramirez para escribir una obra religiosa se produjo en la
década de 1950, cuando aún era un músico desconocido y mientras residía en un convento Würzburg, Alemania. Allí se relacionó con dos monjas, las hermanas Elizabeth y Regina Brückner -a quienes dedicaría su obra-, quienes le contaron que una hermosa casona frente al convento había sido un campo de concentración durante el nazismo -apenas unos años antes-, y que ellas, a pesar de estar castigado con la muerte, noche a noche llevaban comida a los prisioneros.
Al finalizar el relato de mis queridas protectoras, sentí que tenía que escribir una obra, algo profundo, religioso, que honrara la vida, que involucrara a las personas más allá de sus creencias, de su raza, de su color u origen. Que se refiriera al hombre, a su dignidad, al valor, a la libertad, al respeto del hombre relacionado a Dios, como su Creador.[]
En
1954 Ariel Ramirez retomó su idea en un viaje por barco de Liverpool a Buenos Aires, y tomó la decisión de escribir algún día una obra musical en honor de esas dos monjas alemanas.
...comprendí que sólo podía agradecerles escribiendo en su homenaje una obra religiosa, pero no sabía aún cómo realizarla.]
Ya en la
década de 1960 Ramírez conversó su idea con un amigo de juventud y sacerdote, el padre Antonio Osvaldo Catena, en ese momento Presidente de la Comisión Episcopal para Sudamérica, quien fue el que concibió la idea de "componer una misa con ritmos y formas musicales de esta tierra". Una vez realizados los bocetos sobre la estructura, otro sacerdote y director de coro, el padre Jesús Gabriel Segade, fue quien realizó los arreglos corales. El padre Segade fue también quien dirigió el coro (la Cantoría de la Basílica del Socorro) en la primera versión de la Misa Criolla, grabada en 1964 y publicada al año siguiente en la histórica placa Philips 820 39 LP.
Repercusiones
Galardonada con discos de oro y platino. Fue catalogada por el
Vaticano, donde también fue presentada bajo el pontificado del papa Pablo VI, como obra de importancia religiosa universal.
Tanto Ariel Ramirez, como algunos de los interpretes destacados de la Misa Criolla, como Zamba Quipildor, han insistido en que la obra no debe verse como un mensaje estrictamente "católico", sino como la expresión de un sentimiento universal, vinculado al deseo de
paz que existe en todas las culturas humanas.

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